Dos de cada tres casos que van a mediación se resuelven sin juicio


CLARIN
Son datos oficiales que no incluyen la mediación privada, donde el éxito es similar. Hay menos juicios por alimentos y por accidentes de tránsito. Los acuerdos entre las partes tienen fuerza de sentencia.
A diez años de inaugurado en el país el sistema de mediación, los resultados resultan tan alentadores que el 5 de mayo el Poder Legislativo acordó prorrogarlo por dos años más: según estadísticas del Centro de Informática Jurídica de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, el 65% de las personas que se presentaron a mediación no fue a juicio. Fuentes tribunalicias estiman que la mayoría llegó a un acuerdo durante esa instancia o después. Es decir, de manera extrajudicial.

La mediación es una instancia previa a todo juicio que apunta a la resolución de las controversias al margen de los Tribunales. Básicamente, lo que propone es que las partes en conflicto intenten resolver su disputa con la colaboración de un tercero neutral, acelerando tiempos, abaratando costos y aliviando, a su vez, al congestionado sistema judicial de disputas que pueden solucionarse sin la intervención de un juez. "Es un recurso a través del cual son las mismas partes las que intentan acordar. Aunque después haya juicio, la mediación abre canales de comunicación que jamás resultan estériles", dice la doctora María Rosa Fernández Lemoine, directora del Centro de Mediación Conciliar.



El sistema de mediación, muy popular en otros países, desembarcó en Argentina en 1996, cuando se sancionó la Ley 24.573, que estableció por diez años, en la Capital, la mediación obligatoria antes de empezar un juicio. El 5 de mayo, con los plazos contra las cuerdas, el Legislativo prorrogó su vigencia por dos años más (Ley 26.094).



Entre 1996 y 2006, la Cámara Civil sorteó 186.487 mediaciones, de las cuales sólo 65.357 reingresaron al sistema judicial. Es decir, un 35%. Fuentes tribunalicias infieren, a partir de esos datos, que el 65% restante llegó a un acuerdo o eludió el juicio gracias a la mediación.



Si se considera que esa cifra involucra sólo a las mediaciones oficiales (sorteadas por la Cámara) y no incluye a las privadas, reglamentadas desde 1998, el impacto de este recurso adquiere una dimensión mayor. "Nadie sabe cuántas mediaciones privadas hubo, pero hasta el 98 se sorteaban 5 mediaciones mensuales por mediador, y desde entonces no llega a 1 cada dos meses. Eso obedece al crecimiento de la mediación privada", explicaron fuentes judiciales.



En ambos casos, las consecuencias jurídicas son las mismas: el acuerdo firmado por el mediador tiene fuerza de sentencia, es ejecutable. "Según nuestras estadísticas, hay acuerdo en el 40% de los casos, y hay otro 20% que acuerda luego o en la primera audiencia. Cuando la gente conversa en un ámbito equitativo, en general se producen cambios. Es una instancia muy positiva para la gente", afirma Lemoine.



La doctora Silvana Greco, de la Fundación Libra, celebra los beneficios que este recurso tuvo para el sistema judicial pero considera que su principal aporte está asociado a la gente, a lo social. "Las estadísticas arrojan que en el 99% de los casos los acuerdos se cumplen. Además, se redujo en más de un 40% el número de juicios por cuota alimentaria. Es invalorable que las familias puedan resolver sus diferencias sin judicializarlas, sin que un juez, desde un lugar de poder, decida lo que las partes deben hacer. Que los padres puedan acordar por sí mismos es muy importante socialmente y para los hijos".



Según Greco, también en los accidentes de tránsito la cantidad de juicios disminuyó más de un 50%. Sobre todo, en aquellas causas que involucraban sumas inferiores a 7.000 pesos. "Por el monto, muchos de esos casos quedaban fuera del tratamiento judicial, con lo cual la mediación mejoró el acceso a la Justicia. Antes el Estado no tenía solución para esos conflictos", subraya.



La mediación permite eludir los plazos sinuosos y a veces eternos de la burocracia judicial. En general, bastan un par de reuniones para que haya acuerdo, cuando un juicio promedio en Argentina dura cuatro años.



La obligatoriedad de la mediación rige para todas las cuestiones patrimoniales, para las familiares no patrimoniales (régimen de visita y cuota alimentaria), para las consorciales, las sucesiones y los casos de mala praxis y de daños y perjuicios, entre otras. "El éxito de la mediación revela que el litigio judicial no es el único camino para resolver problemas", destaca Lemoine. Tan buena resultó la experiencia que en Capital ya hay 21 centros comunitarios de mediación, en CGPs y en la Defensoría del Pueblo.



"La mediación, como procedimiento de conciliación, es una experiencia muy positiva. Ayuda a desagotar los tribunales y permite que las partes se sienten a conversar en un ámbito en el que nadie arriesga nada", dice el doctor Alejandro Drucaroff, especialista en derecho comercial. "También es una instancia en la que hay mucho lance, porque permite plantear cosas que uno jamás se animaría a llevar a juicio —advierte—. Como el costo es bajo, algunos arriesgan a ver qué pasa, desvirtuando el espíritu de un recurso que es muy loable".

Fuente: http://www.clarin.com/diario/2006/07/27/sociedad/s-03415.htm

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